Maestro en las aulas y en la vida; la huella de José Palacios Manzano
Este domingo celebramos en Día del Padre
Recordar las enseñanzas de papá que han trascendido nuestra propia generación, enchinan la piel; y que además marcaron la vida de personas fuera de la familia, es un legado que se honra día a día. Así, la huella de José Palacios Manzano, padre del empresario joyero y otrora secretario estatal de Desarrollo Económico de Jalisco, José Palacios Jiménez.
Escuchar hablar a Pepe, como cariñosamente se le conoce en el sector privado jalisciense, sobre su padre son momentos imborrables, son miradas llenas de orgullo y palabras repletas de respeto que terminan con una sonrisa.
La llegada de la familia Palacios Manzano a Guadalajara, desde Zapotlán El Grande, huyendo de las persecuciones religiosas por la “Guerra Cristera”, fue necesaria para escribir la historia no solo de ellos, sino de muchos jaliscienses alumnos de él, que al día de hoy lo recuerdan con cariño.
José Palacios Manzano llegó a uno de los barrios más tradicionales de la ciudad, Analco. Estudió en el colegio del Sagrado Corazón de Jesús, ahora es el Colegio Medrano, pero a él le movía ser alumno de la academia Justo Sierra, conocida por su calidad educativa.
Se sentaba afuera de la academia a observarla, y así por mucho tiempo; hasta que un buen día, el director de la academia, José María Huerta Peredo le preguntó la razón de su extraña visita, él sin dudarlo le respondió que le gustaría estudiar ahí. ¿Eso quieres? le preguntó el directivo. Lo invitó a formar parte de la institución a cambio de prestar servicios de limpieza. Así se convirtió en alumno de la carrera “Tenedor de libros”, actualmente conocida como contador privado.
Destacando por su calidad como estudiante, al término de sus estudios lo invitaron a ser docente de la misma academia, “tenía alumnos mayores a la de edad de él”, recuerda José Palacios Jiménez.
Sin duda, ser maestro fue su gran vocación, el gran amor de su vida junto con su familia. El compromiso con la docencia no tenía horarios. Ayudar a sus alumnos fuera de la jornada educativa fue una constante en su vida. Don Pepe, recuerda que los papás de algunos alumnos le pedían apoyo para que mejorarán sus calificaciones, y así lo hacía; él mismo acompañó a su padre a localidades del estado a dar clases especiales.
El empresario y ex servidor público, Moisés Goldberg, fue uno de sus tantos alumnos, don Pepe recuerda: “Un día me preguntó ¿qué es de ti el profesor Palacios? ¡Ah! es mi papá. Mira, yo lo que sé, lo sé por tu papá porque mi papá se ponía de acuerdo con tu papá para que yo estudiara. Y todos los miércoles tu padre se quedaba conmigo hasta las 12 de la noche”.
Y añade: “Cosas importantes que recuerdo de mi padre es que la educación dual que no existía en ese tiempo, y él la practicaba. Todos sus muchachos que estaban estudiando con él, al tercer año ya estaban trabajando. Tenía contacto con sus ex alumnos, algo que yo nunca he visto en un profesor. Mantenía la relación con sus exalumnos. Llegaban los (autos) Packard, llegaban los Lincoln de los que habían sido sus alumnos, llegaban a pedirle consejos del nuevo negocio que iba a hacer”.
Disciplina y amor
Ese mismo amor y disciplina lo vivieron los 10 hijos de José Palacios Manzano y Lupita Jiménez, sus días estuvieron llenos de amor y disciplina.
Pepe Palacios saca un papel en el que anotó algunos de los tantos aprendizajes de su padre. Lo mira fijamente y sonríe, porque como decía su padre “la mejor memoria es un papel y un lápiz”.
Yo estaba chiquillo, recuerda: “no teníamos más que el seguro social y a la hora que tuve un problema de salud me llevó mi papá al seguro social que está cerca del Agua Azul. Entonces ya me atendieron, la enfermera muy atenta, todo bien y cuando regresamos a la casa le digo a mi papá: me traje estas tijeras del seguro social. ¿Cómo que se las trajo? Venga, vamos a que se las devuelva y se la va a dar a la enfermera a la cual le robó las tijeras”, guarda silencio unos segundos, respira y concluye: ¡Qué lección! «El núcleo familiar es lo más importante”.
Enseñanzas imborrables:
“Cásese cuando quiera y con quien quiera, pero que sea de su nivel, no de nivel arriba”.
“Usar siempre zapatos cómodos para no tener problemas para avanzar”.
“Usar la tecnología para bien”.
“Dedíquese a lo que más le guste, pero usted sea el mejor”.
Son algunos de recuerdos que formaron al gran hombre, José Palacios Jiménez de la mano de su capitán, José Palacios Manzano.